El desastre económico actual - derivado de la especulación financiera entre otras causas - impone recortes que acarrean la pérdida de derechos. Asimismo, incrementa la pobreza y el desánimo y, en términos políticos, cuestiona la realidad de una Europa unida, que nunca lo fue de hecho, y hasta el sistema democrático.
Charla y debate
Por otro lado, apenas se tiene en cuenta que la crisis financiera y económica tiene implicaciones para el género por su naturaleza y sus efectos. Sólo dos ejemplos: la precarización de las condiciones de trabajo repercute más en las mujeres, dado que su trabajo a tiempo parcial es cuatro veces superior al de los hombres. Además, la reducción de las políticas sociales acarrea una disminución de los servicios prestados a las familias monoparentales, cuyos hogares están encabezados por mujeres casi en un 90 %. La consecuencia es que estos cuidados recaen en las mujeres y limitan su participación plena en todos los aspectos de la vida.
Esta crisis se inserta además en una economía global que, lejos de repartir la riqueza, mantiene las desigualdades en el mundo. A pesar, de todo, existen alternativas que señalan un cambio posible y las mujeres representan una parte esencial de las soluciones.
Lina Gálvez Muñoz. Profesora Titular de Historia e Instituciones Económicas. Dirige el Master Universitario en Género e Igualdad y el Doctorado Desarrollo y Ciudadanía: Derechos Humanos, Igualdad, Educación e Intervención Social, de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Es la investigadora responsable del grupo de investigación EcoEcoFem (Economía Ecológica, Feminista y Desarrollo).